Manifiesto - Círculo de silencio 17 de octubre
CONTRA LA POBREZA, JUSTICIA Y ACOGIDA
Mas de 1100 millones de personas en el mundo viven en pobreza extrema. Esta situación supone que una importante parte de la humanidad sufre hambre, enfermedad, no tiene vivienda o educación entre otras cosas.
En los últimos años el número de empobrecidos está aumentando, y la riqueza se está concentrando en menos manos. Los cinco hombres más ricos han duplicado su fortuna en cinco años, mientras que el patrimonio acumulado por el 60% de la población mundial más pobre ha disminuido. El sistema económico perpetúa y agrava la desigualdad pues las grandes empresas generan más riqueza a expensas del resto de la población.
En un contexto donde se justifica el aumento del gasto militar, es importante señalar que 500 millones de las personas que padecen pobreza, viven en países en conflicto. El impacto económico global de la violencia supone el 13,5% del PIB mundial. Las guerras son un negocio, fomentan la pobreza y lamentablemente incluso utilizan el hambre como arma un ejemplo es el caso de la población palestina en Gaza.
Ante la pobreza millones de personas abandonan sus hogares, a sus familias y sus países en busca una vida digna. Arriesgan sus vidas en el camino y, por desgracia, muchas la pierden. Al llegar a los países enriquecidos se encuentran con un montón de obstáculos y con nuestro desprecio. Son marginados por su pobreza que es el lastre que marca a fuego sus vidas.
Sin embargo, nada ocurre por casualidad, ya que los migrantes se transforman en un ejército de trabajadores dispuestos a soportar los trabajos más difíciles y las condiciones laborales más adversas, nuevamente para beneficiar a unos pocos.
Si centramos la mirada en Valladolid 25000 inmigrantes conviven con nosotros. De ellos 21000 están trabajando. Los sectores como la hostelería, el servicio doméstico, el cuidado de niños y mayores, la construcción, los centros de llamadas y los repartidores, tendrían dificultades para encontrar trabajadores sin la contribución de las personas inmigrantes. Entre las 4000 personas que buscan trabajo se encuentran sobre todo mujeres sin formación.
¿Por qué si esta es la realidad, cada vez es más frecuente pensar en hablar de estas personas como delincuentes o consumidores aprovechados de los servicios sociales y los subsidios? ¿Por qué hacemos caso de los bulos y de las posturas extremas que buscan el rechazo y la humillación de los inmigrantes empobrecidos?
Creemos firmemente que abordar el drama de la inmigración con justicia y una actitud de acogida es la única postura honesta.
- Justicia porque migrar es un derecho, pero también debe existir la posibilidad de elegir, en lugar de verse obligado a huir de la pobreza. Esto es especialmente relevante cuando muchos países de origen están repletos de recursos y materias primas, que son explotadas por multinacionales que no dejan nada a su paso.
- Acogida porque es mucho lo que nos aportan estas personas no solo a través de su trabajo, sino también como vecinos y vecinas que conviven con nosotros y enriquecen nuestras vidas cargadas ya de años y envejecidas.
Afrontemos el futuro en este mundo globalizado apostando por eliminar las desigualdades y trabajando por la solidaridad y el encuentro ya que ese camino nos enriquece a todos y nos llena de humanidad.
¡¡Contra la pobreza, justicia y acogida!!