Un informe de Amnistía Internacional titulado Vidas en riesgo: los recortes caóticos y abruptos de la ayuda exterior de Estados Unidos ponen en peligro millones de vidas revela las graves consecuencias de la suspensión de la financiación estadounidense a programas de ayuda al desarrollo. Esta decisión, tomada por el gobierno de Donald Trump en enero de 2025, afecta a millones de personas en 177 países, siendo Haití, Sudáfrica y Sudán del Sur los más perjudicados.

Impacto devastador en la salud y la seguridad alimentaria
El recorte ha paralizado 5.200 programas gestionados por USAID y 4.100 del Departamento de Estado, dejando a la agencia USAID con apenas 15 empleados, lo que imposibilita la continuidad de las iniciativas, incluso con exenciones posteriores. Los sectores más afectados incluyen:

• Salud: Especialmente programas contra el VIH/SIDA, atención materna y acceso a medicamentos.
• Derechos humanos: Protección a refugiados, periodistas y activistas.
• Educación y trabajo infantil: Cancelación de programas contra la explotación laboral.
• Seguridad alimentaria: Cierre de centros de atención nutricional.

Haití: un sistema de salud al borde del colapso
Haití, altamente dependiente de la ayuda extranjera, enfrenta una crisis crítica. El 97% de los tratamientos contra el VIH dependen de fondos internacionales, de los cuales el 62% provenía de Estados Unidos. La suspensión ha cerrado 128 centros de tratamiento de VIH y programas de salud materna, agravando la situación en un contexto de violencia de pandillas, inestabilidad política y emergencia humanitaria.

Sudáfrica: aumento de muertes por VIH/SIDA
En Sudáfrica, donde el 17% de las personas entre 15 y 49 años viven con VIH, los recortes afectan al 18% del presupuesto nacional para combatir la enfermedad. Esto podría causar más de 600.000 muertes y 500.000 nuevas infecciones en una década, además del cierre de clínicas para poblaciones vulnerables y la interrupción de medicamentos preventivos.

Sudán del Sur: empeora la crisis humanitaria
Sudán del Sur, con más de siete millones de personas en inseguridad alimentaria severa, sufre el cierre de clínicas, refugios para mujeres víctimas de violencia y centros de atención nutricional. La situación se agrava por el conflicto en el vecino Sudán, que ha desplazado a 640.000 refugiados.

Otros países afectados
En América Latina, Guatemala pierde programas para niñas víctimas de violencia sexual, Costa Rica ve reducida en un 77% su capacidad para procesar solicitudes de asilo, y en México han cerrado oficinas de ACNUR y otras ONG. En Oriente Medio, el campamento de Al-Halol en Siria ha perdido clínicas y ambulancias, mientras que en Yemen se teme un aumento de matrimonios infantiles y trata de personas. En el sudeste asiático, Myanmar y Tailandia enfrentan el cierre de centros médicos en campos de refugiados, lo que ha causado muertes por falta de atención básica.

Un “terremoto” humanitario
Las ONG han calificado los recortes como un “terremoto” para la cooperación al desarrollo. A pesar de órdenes judiciales en febrero y marzo de 2025 para liberar 2.000 millones de dólares en fondos congelados, el gobierno estadounidense las ha ignorado, paralizando cientos de proyectos esenciales.

_{Esta información ha sido adaptada del artículo publicado por elDiario.es el 29 de mayo de 2025, escrito por Soraya Aybar Laafou, basado en el informe de Amnistía Internacional. Enlace al artículo original: elDiario.es.}