No recuerdo con exactitud el año, lo sitúo entre 1998 y 2000, pero sí conservo en la memoria a Pedro Sánchez, párroco de Stº Tomás de Villanueva en Vallecas, contándonos a un grupo de amigos una iniciativa interesante: dominicos y dominicas de base en España, habían creado una ONG de Cooperación llamada ACCIÓN VERAPAZ. Tenía carácter civil y democrático y se vinculaba a la Familia Dominicana. Su objetivo: promover la dignidad de las personas y los pueblos más empobrecidos y luchar contra las causas estructurales de la pobreza. Nos animó con interés a formar parte, pero en ese primer momento no tomamos la decisión y el tema se nos fue pasando. Después de un tiempo Pedro volvió a la carga… Bien hecho! Ahí fue que le prestamos más atención y el trío familiar nos hicimos socios. A partir de ahí fuimos siguiendo la trayectoria de la nueva ONG.
En aquellos años Verapaz se estaba abriendo como un molusco de dos valvas: una hacia el interior dominicano y otra a personas de cualquier lugar y condición, pero en la realidad y en su mayoría eran, éramos gente vinculada a las parroquias, barrios y colegios donde la familia dominicana desarrollaba su trabajo en los entornos naturales de la Orden y las Congregaciones.
Pedro nos había comentado que la Orden, en los últimos Capítulos de aquel tiempo, señalaba opciones claras: Opción por los pobres, por la Justicia y por la Paz. Vimos que una iniciativa como ésta respondía a ese espíritu y nacía de la base, NO era algo más o menos impuesto. Lo hablamos en el grupo de reflexión y debate que teníamos: El objetivo fundamental de la nueva ONG era servir a los pueblos más desfavorecidos, a las personas con graves necesidades. Había poco que discutir, valía la pena formar parte.
Más tarde conocí a Bernardo Cuesta y a José Antonio Lobo, motores del proyecto junto a más gente. Me llamó la atención el convencimiento que tenían y la determinación.
Oficialmente VERAPAZ nació en 1995, hace ahora 30 años. Y hace pocos días, el 7 de junio de este 2025, lo hemos celebrado en el colegio de Atocha con mucha alegría, convencidos del trabajo bien hecho a lo largo de todos estos años.
Resumen de la Jornada
Iniciamos la mañana con el saludo y la presentación del Presidente Carlos Colmenarejo, que supo situarnos formidablemente: estábamos a punto de celebrar un hecho poco frecuente, una ONG de Cooperación, humilde, que se ha abierto camino en tiempos mejores y peores, haciendo un trabajo ejemplar según los objetivos que se marcó en su constitución allá por 1995: ayudar a los pueblos más empobrecidos, a las personas más vulnerables, con total transparencia.
A esta introducción le siguió la ponencia de Waldo Fernández Ramos, que él tituló “DESAFIOS DE LA COOPERACIÓN Y LA SOLIDARIDAD EN EL MARCO DEL DETERIORO GLOBAL” Fue una intervención ordenada que no resumo porque la tenéis colgada en la web y vale la pena leerla con calma. Señalo no obstante algunos puntos: el primero la terrible desigualdad que nos envuelve en todos y cada uno de los países como elemento sistémico. Cuestiona no sólo a los Estados e Instituciones, también a las ONGs. Cuestiona la escandalosa carrera armamentística. Cuestiona el modelo de Desarrollo ilimitado. Waldo terminó apuntando al compromiso concreto, también en el Norte Global, a la importancia de la sensibilización, la incidencia y la acción de las personas creyentes. Y más… No dejéis de leerla.
Al final nos preguntó: ¿qué políticas apoyamos?.
Le siguió un descanso y un refrigerio.
Segunda parte: MESA REDONDA DE EXPERIENCIAS
Fueron tres personas con experiencias muy diversas, dos de ellas desde una perspectiva de fe y vocación religiosa: Cristina Antolín y su testimonio de compromiso con la Salud en Africa y Marcela Zamora desde su trabajo eminentemente social en América Latina y Timor Leste. El tercer participante fue Cristhian Alvarenga, comprometido con los Derechos Humanos de su país Nicaragua y con un telón de fondo dictatorial y cruel. Se vio obligado a salir y solicitar refugio en España. Es posible que faltara, a mi modo de ver, la experiencia de una realidad europea (española por ejemplo) donde el ser humano es arrinconado a subsistir, en medio de una sociedad injusta, consumista y tremendamente desigual. La vulnerabilidad la tenemos también en nuestras sociedades .
Esta opinión no quita para reconocer que fue una mesa para pensar, debatir y agradecer a las tres personas participantes su testimonio y sobre todo el enorme sentido de sus vidas.
Para terminar la mañana, Dulce presentó a la sala dos propuestas de la Junta:
- Carta al Embajador de Estados Unidos como representantes de Verapaz reunidos, pidiéndole su implicación para el cese de hostilidades por parte de Israel en la Franja de Gaza.
- Lectura de un MANIFIESTO a favor del cese inmediato del genocidio en Gaza por parte de Israel. Una vez leído y firmado por los asistentes sería enviado también a la Embajada de EEUU.
Se leyeron ambos escritos, una vez aprobados se firmaron para su envío.
Llegó la comida:
Toca felicitar a la Junta, a Marisa en particular y a las personas que ayudaron a servir, recoger y limpiar. La comida fue sencilla, muy rica y abundantísima. La organización excelente. Gracias.
ACTO LÚDICO DE LA TARDE
El programa estaba muy bien pensado, bonito y diverso:
- Magia excelente, una actuación asombrosa de Samuel Arribas, participada por la gente más joven que había en la sala. Aplaudimos mucho y con ganas.
- Cuentacuentos ágil, bonitos relatos, estribillos graciosos en los que el público participábamos. Muy buena actuación de Alejandra Venturini, sobre todo para niños y niñas.
- Baile de unas alumnas de Atocha, que pusieron toda su ilusión.
Pero dicho todo esto, realmente quedó deslucido porque éramos muy poca gente. En el colegio, a pesar de que Dulce había hablado en más de una ocasión, planificado y acordado la difusión del acto con el Director, éste no lo trasmitió y no acudieron ni el alumnado ni las familias. Personas que habían asistido por la mañana tampoco pudieron quedarse, algunas de ellas viajaban. Una pena el esfuerzo y la escasísima asistencia.
Finalizamos la celebración entregando a José Antonio Lobo y a Dulce Carrera un detalle, como reconocimiento a tantos años de entrega a Verapaz. Les estamos muy agradecidos.
La Jornada valió la pena. Nos emplazamos a seguir apostando por Acción Verapaz que a lo largo de estos 30 años ha desarrollado su labor en más de 55 países gestionando más de 1.000 proyectos en educación, salud, infraestructuras, DDHH, desarrollo económico mediante microcréditos, agricultura sostenible y comercio justo. Y ha trabajado, en la medida de sus posibilidades, la sensibilización y la incidencia.
Nuestra gratitud a todos y todas las personas que forman parte de AVP.
Buen verano. Un abrazo.
Adriana Sarriés