La Red de ONGD de Madrid manifiesta su profunda preocupación ante la grave crisis humanitaria en Gaza, donde la infancia, las mujeres y la población civil, en toda su diversidad, sufren de manera desproporcionada las consecuencias del conflicto. En Gaza, las personas no solo sobreviven a la guerra: viven atrapadas en un escenario donde el agua, los alimentos y la electricidad se han convertido en bienes inalcanzables. Familias enteras buscan refugio sin encontrarlo, hospitales colapsados atienden a heridos sin medicinas y las infancias pagan el precio más cruel: hambre, miedo y un futuro arrebatado. Hoy, más de un millón de niñas y niños carecen de acceso a ayuda vital. Miles enfrentan desnutrición aguda y cientos mueren por causas evitables. Mas de un millón de personas viven al borde de la hambruna. Estas no son cifras: son vidas humanas que se apagan ante la indiferencia e inacción del mundo. Como Red de ONGD de Madrid, denunciamos que esta situación no es un desastre natural ni una fatalidad inevitable, sino la consecuencia directa del ataque indiscriminado a la población civil palestina y de decisiones políticas que restringen el acceso a alimentos, agua y asistencia humanitaria. Negar la ayuda y atacar a quienes la brindan es violar la legalidad internacional y atentar contra la dignidad humana. Por ello, interpelamos a todas las administraciones públicas a no permanecer en silencio. La neutralidad frente al sufrimiento civil equivale a complicidad. Les corresponde alzar la voz, exigir y garantizar el respeto al Derecho Internacional Humanitario y garantizar el trabajo seguro de las organizaciones internacionales que acompañan al pueblo gazatí. Solicitamos a todas las administraciones públicas, sin excepción:
Pedimos a la Sociedad Civil a que exprese activamente su solidaridad con el pueblo gazatí, recordando que la protección de la niñez, de colectivos vulnerables y a la dignidad humana son valores que trascienden cualquier frontera o diferencia política. La voz de la ciudadanía es un motor esencial para exigir que se respeten los derechos humanos, se garantice la ayuda humanitaria y se proteja a quienes trabajan en el terreno acompañando a la población más vulnerable. La protección de la vida no admite demora ni discusión: debe respetarse el Derecho Internacional Humanitario y garantizarse la labor de las organizaciones internacionales en Gaza. Hoy, más que nunca, reafirmamos que la defensa de los derechos humanos es el fundamento para la construcción de la paz duradera. En Madrid, miércoles 10 de septiembre |