Hace justo un mes que estuve en Camerún visitando la “misión” de las Dominicas en Yaoundé y Obout. He querido dejar reposar un poco el impacto de una experiencia tan enriquecedora, para contaros con más objetividad la vivencia que ha supuesto para mí.
Lo primero es alabar y dar gracias a todas las personas que allí ayudan desinteresadamente a tanta gente que sufre. Cristina Antolín (monja, cirujana y directora del hospital) me enseñó y explicó con todo lujo de detales el funcionamiento del Hospital San Martín de Porres donde los precios son mucho más baratos y donde tratan de subvencionar a los que ni siquiera así pueden pagar. Sí, allí no hay sanidad pública y los tratamientos que reciben depende del dinero que tenga el paciente…no de lo que el paciente necesite para curarse. En mi visión “española” no me cabía en la cabeza que si hay un tratamiento que le puede curar, no se lo den por no poder pagarlo…pero es que ese hospital no tiene financiación externa y tiene que cobrar el mínimo para seguir funcionando (pagar los sueldos, las medicinas…etc).
La visión de los niños yendo a recoger agua para sus familias a la fuente comunitaria es continua…allí no hay agua corriente. Eso es todos los días y a todas horas. Los niños trabajan en sus casas en lo que pueden y las condiciones para estudiar no se dan… ¿cómo van a conseguir mejorar y salir de esa situación? Los padres están ocupados en conseguir un dinerillo para ir tirando y no tienen tiempo para abrazar, jugar, acompañar a sus hijos en el día a día…eso hace que se les note la falta de cariño que un abrazo te da.
Aquí nosotros vivimos con muchos lujos: no ya materiales (que también), sino de educación, de cariño, de ayudas sociales…incluso espirituales. Debemos estar siempre agradecidos y acordarnos de aquellos que no han tenido la misma suerte.
Si cada uno ayudamos un poquito, el Mundo será mejor. Mi consejo si me lo permitís: desde las organizaciones pequeñas como Acción Verapaz se llega a los problemas con un 100% de la ayuda recaudada…no hay burocracias intermedias y sí personas concretas en terreno (misioneras/os) que dan su vida por los demás y que viven como ellos.
¡¡¡Gracias, Verapaz, por esta experiencia!!!
Blanca Bueno
