Dignidad y resistencia de una joven de 16 años llamada Malala Yousafzai

Del Art.2 de La Declaración Universal de los Derechos Humanos

1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

malala

Es pakistaní y desde los 11 años hace campaña para que las niñas de su país y de otros países tengan acceso a la educación. Empeño que la llevó a sufrir un grave atentado el 9 de octubre de 2012 . Un portavoz talibán se atribuyó este hecho “porque estaba promoviendo la cultura occidental”.

Malala se ha recuperado en Reino Unido y ha salido fortalecida, se ha convertido en un símbolo de dignidad, resistencia y valentía en defensa del derecho a la educación. Está recibiendo premios y reconocimientos que podemos valorar en mayor o menor medida, pero lo que es indiscutible es que la voz firme de esta joven y los mensajes de sus discursos son claros: denuncia la violencia terrorista, la violencia sexual, defiende a los defensores de los Derechos Humanos y llama a afronta los problemas en el marco de los DDHH y mediante el derecho básico de la educación.

Al recibir el premio que le entregó Amnistía Internacional como “Embajadora de Conciencia de 2013” decía : (…) “No estoy aquí para entrar en detalles sobre los problemas a los que nos enfrentamos. Estoy aquí, como todos, para buscar solución a estos problemas. Y puede que Uds. Se estén preguntando : ¿Cuál es la solución? Yo creo que la única solución es ¡educación, educación y más educación!

Con esta poderosa arma podemos combatir la violencia, el terrorismo, el trabajo infantil y la desigualdad. Las únicas herramientas necesarias son un lápiz y un libro para guiarnos en nuestro camino hacia un futuro mejor para todas las personas.

Hoy quisiera pedirles a todos que después de este acto hagan una cosa muy sencilla: que tomen papel y lápiz y escriban a sus gobiernos pidiéndoles que se centren en la educación y que actúen realmente.

"Quiero vivir en un mundo donde la educación obligatoria gratuita esté al alcance de niños y niñas en todas partes. Que nadie sea olvidado.”

¡Gracias Malala! Ojalá avancemos en esa dirección.