Éste fue el título de la charla impartida, el pasado día 6 en Valladolid, por el dominico Carlos Díez, más conocido por Cacho. En ella expuso sus treinta años de vida y trabajo en Centroamérica, una experiencia que supuso para él una transformación y que quiso compartir con todos.
Sintió cómo se vive el fenómeno de la migración, el pertenecer a otra cultura y las dificultades de la integración en un modo de vida y pensar diferente. Ser visto de otra manera, pasar de ser Cacho a ser el Padre Carlos con la distancia que daba el título, de ser “pobre entre ricos” (sacerdote en barrio obrero) a ser “rico entre pobres”, de peón de albañil a educador de adultos, de enseñar a aprender de otros, de creerse autosuficiente a verse necesitado, de hablar a escuchar y conocer que la guerra destruye a las personas incluso antes de matarlas.
Aprendió a comer lo que había y, con el pueblo maya, cosas importantes como que la cultura da identidad, la riqueza de la inclusión y la pobreza de la exclusión, y la necesidad de ver la realidad como una dualidad complementaria.
La actividad terminó con una frugal cena a base de empanada y agua, para sensibilizar y crear un espíritu solidario con los que ni siquiera tienen qué comer. Los fondos recaudados con los siete euros de la entrada se destinarán al proyecto de ayuda a 30 mujeres haitianas para formación en un empleo. La asistencia fue de unas cien personas.