Fomentar la economía de las familias en Gossin (Haití), con la siembra de esquejes de yuca, para potenciar el bienestar social y alimentario.
Durante varios años, la comunidad de Gossin ha sufrido deterioro ambiental, falta de recursos productivos y efectos del cambio climático. Las cosechas son insuficientes y los ingresos familiares no cubren necesidades básicas. la expansión demográfica (sobrepoblación) a la que está sometida la población y las erosiones de todo tipo, hacen que la zona se hunda cada vez más en una situación de extrema pobreza. La siembra de la yuca les da la oportunidad de estabilizar su economía y los problemas sociales.
Gossin esta considerada como una de las comunidades de las que más carecen de actividades económicas e infraestructura básica.
El único ingreso monetario es a través de la agricultura para satisfacer las necesidades de las familias y educación de los niños y jóvenes.
Clasificada como zona de alto riesgo, es realmente una zona vulnerable debido a sus numerosos focos de pobreza. Las condiciones de vida de los habitantes son pobres y precarias. Los servicios de saneamiento, agua potable, educación y salud son totalmente inadecuados.
No pueden comercializar sus productos de huerta por la gran falta de mulas que constituyen el mayor medio de transporte de las familias. En este caso, toda agricultura practicada por ellos se convierte categóricamente en agricultura de subsistencia, es decir, una agricultura practicada únicamente para proporcionar alimentos a los hogares.
La población de esta zona es predominantemente joven y se refleja en la vulnerabilidad de sus niños, a menudo necesitados.
Algunas jóvenes, incapaces de soportar esta vida difícil, se han lanzado al trabajo doméstico, a las relaciones o al libertinaje sexual temprano y a la prostitución, como también lo hacen algunas mujeres responsables del hogar.
Lo que hemos logrado
La siembra de aproximadamente 150.000 esquejes de yuca ha impulsado la recuperación de la autonomía económica de las familias, fortaleciendo no solo su situación financiera, sino también su bienestar mental y emocional. Hombres y mujeres trabajan con esperanza en un futuro mejor para sus hijos.
Gracias a los 5.340,00 € recaudados fue posible adquirir insumos agrícolas y cubrir los gastos de transporte y distribución. Además, el proyecto fomentó el trabajo en equipo dentro de la comunidad, donde el compromiso por una vida más digna motivó a todos a colaborar unidos.
“Sembrar es invertir en el futuro: cada cosecha fortalece la economía y brinda estabilidad a las familias.”






