El pasado 3 de abril, Acción Verapaz Vigo participó en el Círculo de Silencio organizado por la Red Social Galicia Sur. A las 20:00 h en la Farola de Urzáiz, durante 30 minutos, reivindicamos la paz y la no violencia frente al discurso militarista y la carrera armamentística impulsada por gobiernos y corporaciones.
Como indica el comunicado: "Optar por la escalada militar es dejar en segundo plano la cooperación, el diálogo, la diplomacia, y optar, por el contrario, por la fuerza, la violencia, la rivalidad." Reivindicamos alternativas basadas en la mediación, la cooperación internacional y la resolución pacífica de conflictos. Porque queremos un mundo sin armas, sin guerras, sin miedo. Un mundo posible, necesario, urgente.
Porque sobran los motivos, nos veremos cada primer jueves de mes.
Puedes leer el comunicado completo:
CÍRCULO DE SILENCIO "Por la paz y la no violencia" Red Social del Sur de Galicia #CírculosDeSilencioVigo 3 de abril
Hubo un tiempo, no hace mucho, en que la llamada escalada armamentística nos parecía una locura, aquellos años de competencia incansable entre dos bloques que competían por ver quién podía fabricar más y mejores armas que el otro, armas nucleares, cada vez más destructivas, suficientes para acabar con toda la humanidad... a la que decían querer proteger.
Hubo un tiempo, repetimos, en que esa competencia parecía tan absurda, tan loca, tan irracional, que incluso nos burlábamos de la ignorancia y la brutalidad de aquellas generaciones.
Pero los tiempos cambian. Y las pesadillas hacen que lo que parecía olvidado vuelva a hacerse realidad. Estamos otra vez siendo bombardeados, nunca mejor dicho, por el complejo mediático de las grandes multinacionales y los gobiernos de Occidente para convencernos de que, en efecto, eso tenía sentido, de que hay que rearmarse, de que ante hipotéticas amenazas lo mejor es la “disuasión” a través del militarismo.
Como un nuevo mantra que recorre Europa, aumentar el gasto militar parece una obligación ineludible, por el bien de nuestros países. Por nuestra "seguridad".
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció hace unas semanas un plan para el rearme de Europa. Este plan prevé un nuevo instrumento financiero que concederá préstamos por valor de 130.000 millones de euros a los Estados miembros para inversiones en defensa. Está destinado a defensas antiaéreas y antimisiles, sistemas de artillería, municiones, misiles, drones y sistemas antidrones. Además, los Estados miembros de la UE podrán activar la cláusula de salvaguardia del Pacto de Estabilidad. Esto significa que las inversiones militares no se tendrán en cuenta al calcular el déficit presupuestario. Estamos hablando de un total de 800.000 millones de euros. El objetivo también es movilizar capital privado para “la causa”.
Hay otros caminos, otros caminos, hay argumentos serios para seguir comprometiéndonos con el pacifismo activo, la no violencia y alternativas que no sean descartadas como ingenuas o utópicas:
- Desvío de recursos económicos: el aumento del gasto militar siempre va en detrimento de otros sectores de nuestra economía, como la educación y la sanidad, que tanto necesitan recursos en estos tiempos de crisis. Y no estamos hablando de suposiciones alarmistas o sesgadas. El 13 de enero, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, con el objetivo de fortalecer la defensa, pidió a los aliados europeos que invirtieran una pequeña fracción de lo que se gasta en pensiones, salud o seguridad social. Según Rutte, es una inversión en nuestra seguridad y en la seguridad de nuestros descendientes. Pero ¿es ese realmente el mundo futuro que queremos? ¿Qué vamos a construir para ellos? ¿Un mundo de violencia, de conflicto, de militarización imparable?
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- Promoción de la escalada bélica: si invertimos en gasto militar, sólo fomentaremos la confrontación y la agresividad de nuestros hipotéticos enemigos. Optar por la escalada militar es dejar en segundo plano la cooperación, el diálogo, la diplomacia, y optar, por el contrario, la fuerza, la violencia, la rivalidad.
- Impacto ambiental: la industria militar tiene una huella ecológica muy negativa sobre nuestro medio ambiente, ya que implica el consumo masivo de combustibles fósiles y la contaminación procedente de pruebas de armas y maniobras militares. Esto va en la dirección opuesta a lo que los científicos y la población en general exigen ante la amenaza muy real del cambio climático.
- Promoción de empresas de armamento: el complejo militar-industrial no deja de crecer. Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, entre 2014 y 2023 España fue el octavo exportador mundial de armas, un comercio que genera el enriquecimiento de unos pocos a costa del sufrimiento, la violencia y la muerte de muchas personas en muchos países del mundo. Aumentar el gasto militar sólo beneficiará a la industria militar. Un indicador de ello es que, en las últimas semanas, su valor ya ha aumentado en las bolsas, lo que significa que los inversores, incluidos muchos de los grandes bancos, ven valor futuro en esta industria. Nos negamos a ser cómplices de este negocio cruel e inmoral.
- Riesgo de autoritarismo: no es nada nuevo que con la excusa de la "seguridad nacional" se puedan justificar restricciones a las libertades civiles que constituyen derivas autoritarias muy peligrosas para cualquier Estado democrático.
- Silenciamiento de alternativas: si el lenguaje, las fuerzas, las inversiones... se centraran en la mediación, la cooperación internacional, el desarrollo de las regiones más vulnerables, la resolución pacífica de los conflictos, se podrían dar pasos firmes y duraderos para lograr la coexistencia pacífica entre los Estados. Pero parece que esta opción ya no está sobre la mesa...
Por eso es necesario denunciar esta escalada sin sentido, es necesario alzar la voz y salir a las calles para exponer otros caminos, pacíficos, dialógicos, no violentos, basados en la cooperación y la diplomacia. Porque queremos construir un mundo de paz, sin armas, sin guerras, sin miedo. Porque lo merecemos, porque no podemos seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez. Por la vida, por la esperanza, por el futuro. Para ese otro mundo posible, necesario, es cada vez más urgente...