Niños y niñas soldado

Declaración Universal de los Derechos del Niño. Naciones Unidas 1959

Art. 9: El niño debe ser protegido contra toda forma de crueldad, abandono y explotación. No debe ser obligado a trabajar.

¿Qué es un niño/a soldado? Toda persona menor de 18 años que forme parte de cualquier grupo armado independientemente de la labor que desempeñe, y todos aquellos menores que acompañen a esos grupos armados, si no son familiares. También niñas reclutadas con fines sexuales o para obligarlas a casarse.

¿Cuántos hay? No existen cifras fiables. Según Naciones Unidas, en 2012 al menos se reclutaban niños y niñas soldado en 17 países como Afganistán, Sudán, República Democrática del Congo, Mali o Yemen. Pero hay cientos de miles.

¿Por qué se reclutan? Aportan “ventajas adicionales” a las bandas armadas, ya que obedecen sin rebelarse ni organizarse, son fácilmente reemplazables, además de fanáticos en su adhesión al grupo. Son obligados a servir como señuelos, detectores de posiciones enemigas o guardaespaldas de sus comandantes. Llevan munición, agua o alimentos, también sirven de cocineros. Las niñas cumplen la función de objeto sexual para los adultos.

El uso de niños y niñas soldado es sin duda la forma mas extrema de explotación infantil. Estos menores pasan por experiencias terribles que los dejan insensibilizados y traumatizados; muchos de ellos no pueden olvidar los abusos que padecieron. En el caso de las niñas soldado, a las frecuentes lesiones físicas se añade el trauma de la brutalidad que han sufrido y si sobreviven, el rechazo por parte de su comunidad. Según Kofi Annan –ex Secretario General de la ONU- la utilización de niños y niñas soldado en “una práctica dañina y despreciable”.

Natalia, 16 años, reclutada cuando tenía 12 años: “Vivía en mi aldea con mi madre y hermanos. Un día los soldados de la RDC-Goma atacaron nuestra aldea. Presencié cómo los soldados mataban a muchos de mis familiares y violaban a mis dos hermanas y a mi madre. Estaba asustada y pensé que si me alistaba en el ejército estaría protegida. Quería defenderme. Una vez en el ejército aprendí a llevar un fusil e hice guardias nocturnas y diurnas. Era horrible porque yo solo tenía 12 años y los otros soldados a menudo me golpeaban y violaban por la noche. Un día, un comandante quería convertirme en su esposa e intenté escapar. Me capturaron, me azotaron y me violaron durante muchos días. Tuve un hijo cuando sólo tenía 14 años. Ni siquiera se quién es su padre. Me volví a fugar y esta vez conseguí escaparme, pero no tengo a dónde ir ni comida para el bebé y temo volver a casa porque he sido soldado”