Experiencia voluntariado

EXPERIENCIA EN HAITÍ Y EN R. DOMINICANA

Hace tiempo que tenía la intención de realizar una experiencia de voluntariado y, aprovechando que a finales del verano pasaba a una situación laboral más cómoda (jubilación parcial), decidí emprender esa aventura.

La idea era ir a República Dominicana para trabajar en el proyecto de Vallejuelo con María Marciano y, ya que estaba allí, pasar algunos días a Haití. Al mismo tiempo me permitía hacer una doble tarea; por una parte participar en un proyecto concreto y, por otra, ver la situación de diferentes proyectos realizados por Acción Verapaz en R.D. y Haití.

Así que a mediados de octubre me fui para La Española. Por problemas personales de Miguel Ángel, que me tenía que recoger para ir a Vallejuelo, tuve que permanecer varios días en Sto. Domingo y, lo que podría haber sido un contratiempo, fue una experiencia muy buena por la acogida de los hermanos de la Casa de los Jerónimos (Eduardo, Manu y los demás) y porque pude ver la realidad de Sto. Domingo.

El día 20 de octubre llegué a Vallejuelo y, por fin, conocí a la hermana María de la que tanto había oído hablar. Me quedé en el Centro “Semilla de Vida”, la Fundación creada por María con la que gestiona toda la actividad agrícola y el centro de formación y asesoramiento para todos los agricultores.

Los comienzos fueron un poco duros por la incertidumbre de lo que vas a hacer y porque el Centro está a 5 Km. de Vallejuelo y, desde que anochecía a las 6 de la tarde, allí te quedabas más solo que la una. Gracias a la comprensión de María que me dejó un ordenador y a que allí había una familia viviendo, fui adaptándome al ritmo de vida.

Por otra parte el trabajo en el campo es muy gratificante por el ejercicio físico y el contacto con las personas de allí y con la naturaleza.

Además de ir al campo, durante mi estancia de un mes en Vallejuelo, iba con María a conocer nuevos proyectos por la zona, así como en Haití donde está desarrollando una serie de proyectos similares a los realizados en Vallejuelo, pero adaptados a la realidad haitiana. Así mismo, pasé 4 días en Haití, en Thomassique, en la casa de las monjas, para conocer esa zona. Aparecida y las demás hermanas me acogieron con cariño y comprensión.

La estancia en Vallejuelo ha sido muy importante para mí por lo que ha supuesto, desde un punto personal, como vivencia de la soledad, la vida sencilla, el compartir, reflexión, etc. y, sobre todo, por la amistad de María, con la que he convivido muchos días, me ha enseñado su buen hacer y hemos compartido reflexiones sobre la cooperación al desarrollo, proyectos, etc.

No quería terminar en Vallejuelo sin tener un recuerdo para Radamés (responsable de AV en Vallejuelo) y su mujer y Miguelito (el tractorista del Centro y padre de la familia que estaba allí) por su amabilidad y dedicación hacia mí.

El 20 de noviembre llegué a El Seibo a la casa de los dominicos con Miguel Ángel y Anselmo, para conocer esa zona, conocer Radio Seibo y la situación de los proyectos allí realizados.

Durante la estancia fui un día a Comedero de Arriba para ver otros proyectos. Un viaje relámpago en los pequeños buses locales (llamadas Voladoras por las velocidades que van en algunos momentos por aquellas carreteras), muy provechoso, para ver la realidad de la zona central de R. D.

El día 25 de noviembre salimos Miguel Ángel y yo hacia Haití por Dajabón la frontera norte, nuevamente muy temprano, viajes en “Voladora”. Al día siguiente nos tenía que recoger en la frontera el hermano Jacques, de los dominicos de Puerto Príncipe, para ir a Cap Haitian y Le Plain du Nord. El viaje fue una aventura porque las carreteras estaban cortadas por protestas contra el gobierno. Finalmente llegamos a Cap Haitian en medio de manifestaciones y vimos el dispensario de Amistad y Solidaridad de Le Plain du Nord.

Aunque ya había estado en Haití, este fue mi verdadero baño en la realidad más cruda de Haití: la basura, las muchedumbres, la inestabilidad, la inseguridad, etc.

A la mañana siguiente salimos hacia Puerto Príncipe. El paisaje se volvía bastante verde al atravesar las montañas centrales para luego volverse semidesértico, desolador y descarnado, en Gonaives, San Marc y hasta Puerto Príncipe.

Nos quedamos en la casa de los dominicos de Puerto Príncipe, visitamos la Fundación Montesinos y tenía intención de visitar diversos proyectos de la zona de Jazmel, para lo cual quedé con Boyer de la OJUCAH pero, desafortunadamente, no pudimos llegar por estar bloqueada la carretera. No obstante fue muy interesante el viaje con Boyer y un compañero de la OJUCAH, comentando la situación de los proyectos, los conflictos actuales de Haití y como veían el futuro.

El día 1 volvía a Sto. Domingo, por la frontera de Jimaní, para despedirme de los frailes de la Casa de los Jerónimos y, el 2, volaba de vuelta a Madrid.

Ha sido una experiencia muy completa en lo personal, por los amigos que he dejado allí, por las vivencias y por los conocimientos adquiridos que pueden ser de gran ayuda para el trabajo de Acción Verapaz.

He conocido en profundidad el proyecto de Vallejuelo y otros que está desarrollando María actualmente. También he visto proyectos de otros lugares, lo cual te abre más perspectivas. Me ha hecho replantearme el trabajo de la cooperación al desarrollo, con la visión del encuentro de Valladolid. He adquirido un conocimiento físico de R. D. y Haití, que hace que te sitúes mejor en la problemática.

En algunos momentos te sientes solo, viviendo en precario, no eres dueño de tu tiempo y eso es un aprendizaje. También ha habido momentos duros por los viajes, la incertidumbre, pero siempre compensa.

No puedo de dejar de hacer un comentario de agradecimiento y cariño, sobre la acogida en todas las comunidades dominicas donde he estado, Eduardo, Manu, el hermano Nixon, María, Aparecida de la casa de Thomassique, Miguel Ángel, Anselmo y los de la casa de Puerto príncipe, Albert, Jacques, Junior y todos los que me han ayudado y acompañado.

Tengo que decir que no habría sido capaz de hacerlo si no fuera por el apoyo de Paz mi mujer y de mis hijas, que gracias a la tecnología actual he estado en contacto casi permanente.

José Carlos Alcázar

Imágenes de esta experiencia: