La situación actual está teniendo un impacto importante en las familias de nuestra ciudad. Encontramos situaciones nuevas que hace unos años no eran el perfil que atendíamos desde Cáritas.

Actualmente hay gente que acude por primera vez a Cáritas, se trata de personas que han pasado de una situación de vulnerabilidad a la pobreza, afectadas principalmente por el paro creciente. Se trata de familias jóvenes con niños pequeños, parados procedentes de empleos de baja cualificación de los sectores de construcción y hostelería principalmente a los que se les empiezan a agotar las prestaciones por desempleo y entran en situación de “ingreso cero” en sus hogares. También acuden mujeres solas con cargas familiares y con problemas de conciliación entre la vida familiar y laboral y que sólo pueden acceder a trabajos de baja cualificación. Sigue aumentando la atención a familias y personas inmigrantes muchos de ellos con el riesgo de pasar a una irregularidad administrativa ya que agotan los plazos para encontrar trabajo y así renovar su documentación.

Las principales demandas que atendemos se refieren a ayudas para vivienda (alquileres, hipotecas, gastos de luz, gas, etc.), alimentación, renovación de documentos y en otro orden de cosas ayudas para el acceso al empleo, formación, apoyo psicológico, etc. Es un momento en el que además de las ayudas mencionadas anteriormente, las personas viven situaciones de angustia importantes y, por ello, acuden a nuestros servicios a ser escuchados y orientados debido a las situaciones tan duras que están viviendo en estos momentos.

Desde Cáritas intentamos tener encuentros lúdicos con las personas a las que atendemos y encuentros formativos, tanto con ellos como con los voluntarios que acompañan diferentes procesos personales y familiares. También se realizan diversos talleres ocupacionales con las personas con mayores dificultades de empleo.