Casi la mitad de la población en Guatemala está conformada por pueblos originarios, un sector tradicionalmente marginado y que vive en extrema pobreza. En la mayor parte del país, especialmente en las zonas rurales, los servicios vitales son ineficientes e incluso inexistentes, el Estado no garantiza el acceso a la educación, la salud, ni a un trabajo digno con salarios justos. Además el tejido de la sociedad se ha visto debilitado por 36 años de conflicto armado, que dejó más de 250.000 desaparecidos, un alto porcentaje indígenas no combatientes.

Santa María Xalapan está situada en el área geográfica denominada como “corredor seco”, así llamada por sus tierras áridas y secas y en donde las consecuencias del cambio climático son más evidentes. En la Comunidad La Laguna del Sapo vive mayoritariamente el pueblo originario Xinka. La comunidad no cuenta con acceso al agua potable ni con alumbrado público. La escuela y el único centro de salud están a una o dos horas de camino, y el centro de salud además carece de medicinas, personal profesional y equipo necesario para atender a la población.

Ante esta situación, este proyecto se propone promover condiciones de inclusión, solidaridad y corresponsabilidad, que generen para el pueblo Xinka estructuras más justas, a través de la formación y espiritualidad liberadoras y la gestión solidaria de recursos, para la sostenibilidad de la comunidad. Como primera medida de emergencia, se ha provisto a la población de artículos esenciales para su subsistencia: alimentación, vestido y materiales para la reconstrucción y reparación de sus casas. Con una colaboración de 2.909,94 € procedentes de fondos propios de Acción Verapaz, se han comprado y distribuido: frijol, arroz, maíz, azúcar e incaparina para 90 familias; sandalias para niños/as y adultos; y láminas de zinc canalizado, para la reparación de viviendas.

Posteriormente se tiene previsto la construcción de un proyecto, que parte del Buen Vivir y la Economía Solidaria y Medios Alternativos con las familias de estas comunidades. Con la comprar semillas renovadas, abonos orgánicos y la puesta en marcha de un programa de capacitación para la mejora de sus cultivos, se procurará que tanto las mujeres como los hombres de la comunidad se involucren y sean los protagonistas de un proyecto que mejore sus condiciones de vida y que a futuro sea auto sostenible.