La expresión latina Corruptio optimi pessima’ (la corrupción de los mejores es la peor de todas) es aplicable al protagonista del texto que os presentamos a continuación. Nos referimos a Daniel Ortega, actual presidente de la República de Nicaragua, alguien que, en su momento, apostó por buscar una alternativa de sociedad justa y fraterna para Nicaragua, y ahora se ha convertido en un dictador, a la antigua usanza.

Nuestra única intención es daros a conocer, a través de este texto-denuncia, la situación que está viviendo el pueblo de Nicaragua. Lo ha redactado el Colectivo de periodistas de Radio Veritas, emisora que fundaron los dominicos en ese país y que, ahora, ha sido uno de tantos medios de comunicación, cerrado por el Presidente.

 

La situación de los presos políticos en Nicaragua es una realidad que nos confronta con la vulneración de los derechos humanos, y la fragilidad de la democracia. Desde hace varios años, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha sido objeto de críticas y denuncias, por su represión sistemática contra opositores políticos, periodistas independientes, activistas y cualquier voz disidente.

La detención arbitraria y la persecución de líderes opositores se han convertido en prácticas habituales del régimen nicaragüense, que utiliza el sistema judicial como una herramienta, para silenciar a quienes se atreven a cuestionar su autoridad. Muchos de estos presos políticos son encarcelados sin juicio justo, sin acceso adecuado a la defensa legal y en condiciones deplorables, lo que constituye una clara violación de sus derechos fundamentales.

La existencia de presos políticos en Nicaragua es un síntoma alarmante de la erosión de las instituciones democráticas, y del retroceso en materia de derechos humanos en el país. Además, representa un obstáculo para la construcción de un diálogo inclusivo y una reconciliación nacional, elementos esenciales para alcanzar una paz duradera y una convivencia democrática.

Es importante que la comunidad internacional mantenga su atención sobre la situación de los presos políticos en Nicaragua, y exija a la dictadura de Ortega y Murillo, el respeto a los derechos humanos, y el restablecimiento del Estado de derecho. Asimismo, es fundamental brindar apoyo y solidaridad a las víctimas y sus familias, así como promover espacios de diálogo y negociación, que permitan encontrar soluciones pacíficas y democráticas a la crisis que atraviesa el país.

La existencia de presos políticos en Nicaragua es una clara violación de los derechos humanos, y un síntoma de la fragilidad de la democracia en el país. Hay varias razones por las cuales no debería haber presos políticos en Nicaragua, algunas de las cuales son:

  1. Derechos Humanos: Todos los individuos tienen derecho a la libertad de expresión, reunión y asociación, así como a participar en actividades políticas pacíficas. La detención de personas por motivos políticos viola estos derechos fundamentales y socava la base misma de una sociedad democrática.
  2. Estado de Derecho: En un Estado de derecho, todas las personas deben ser tratadas igual ante la ley y tener derecho a un juicio justo. La detención arbitraria de presos políticos sin debido proceso legal, es una clara violación de este principio fundamental.
  3. Pluralismo Político: Una sociedad democrática sana requiere un debate político abierto y la existencia de múltiples partidos y voces políticas. La detención de opositores políticos inhibe este pluralismo y crea un clima de miedo y represión, que obstaculiza el desarrollo democrático.
  4. Diálogo y Reconciliación: La liberación de presos políticos es un paso crucial para fomentar el diálogo y la reconciliación entre diferentes sectores de la sociedad. La detención de personas por motivos políticos, alimenta divisiones y tensiones que dificultan la construcción de un consenso y una convivencia pacífica.

En resumen, la existencia de presos políticos en Nicaragua representa una seria amenaza para los derechos humanos, el Estado de derecho, el pluralismo político y la estabilidad social. Su liberación es esencial para avanzar hacia una sociedad más justa, democrática y respetuosa de los derechos fundamentales de todas las personas.

La libertad religiosa en peligro

Desde la crisis originada por la represión en 2018 en Nicaragua, ha habido informes de intimidación, acoso y hostigamiento, por parte de la dictadura, hacia líderes religiosos y grupos religiosos que han expresado opiniones críticas o han participado en actividades que no son del agrado del régimen. Esta situación plantea serias interrogantes sobre el respeto a la libertad de expresión y de asociación en el país, así como sobre el papel del Estado en la protección y promoción de la diversidad religiosa.

Además, es importante tener en cuenta que la libertad religiosa, no sólo implica la ausencia de persecución o discriminación por parte del Estado, sino también el reconocimiento y la protección de los derechos de todas las comunidades religiosas, incluidas aquellas minoritarias o menos representadas.

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La libertad religiosa no sólo es un derecho humano fundamental, sino también un elemento esencial para la construcción de sociedades pluralistas, inclusivas y democráticas. Por lo tanto, es responsabilidad de las autoridades nicaragüenses y, de la sociedad en su conjunto, trabajar en común para proteger y promover este derecho, fomentando un ambiente en el que todas las personas puedan vivir su fe libremente y en paz.

La detención y posterior expulsión de sacerdotes en Nicaragua es un tema preocupante, que refleja la creciente represión y violación de los derechos humanos en el país. Estas detenciones no sólo constituyen una violación de la libertad de expresión y de asociación, sino que también atentan contra la libertad religiosa y el derecho de los sacerdotes a desempeñar su labor pastoral, de manera independiente y sin interferencias políticas.

Los sacerdotes, al igual que cualquier otra persona, tienen el derecho a expresar sus opiniones y participar en actividades políticas y sociales, en el marco de una sociedad democrática. Su detención y encarcelamiento contribuyen a incrementar la polarización y la tensión en Nicaragua, y socavan los esfuerzos por promover el diálogo y la reconciliación en el país.

La solidaridad con Nicaragua en tiempos de dictadura es crucial por varias razones:

  1. Apoyo a los Derechos Humanos: La solidaridad internacional con Nicaragua es fundamental para respaldar la defensa de los derechos humanos en el país. Los grupos de solidaridad pueden presionar para que se respeten los derechos fundamentales de los ciudadanos nicaragüenses y se ponga fin a la represión y la violencia estatal.
  2. Fomento de la Democracia: La solidaridad con Nicaragua puede contribuir al fortalecimiento de la democracia en el país. Al mostrar apoyo a las voces democráticas y opositoras, se puede impulsar un ambiente propicio para la participación política genuina y el respeto por los procesos electorales justos y transparentes.
  3. Visibilización de la Situación: La solidaridad internacional puede ayudar a visibilizar la situación en Nicaragua ante la comunidad global. Esto puede generar conciencia sobre la crisis política y humanitaria en el país, lo que, a su vez, puede presionar a los dictadores para que rindan cuentas por sus acciones y busquen soluciones pacíficas y democráticas.
  4. Protección de los Derechos Humanos: La solidaridad internacional puede brindar un respaldo importante a las personas y grupos que están siendo perseguidos o vulnerados en Nicaragua. Puede ofrecerles protección, asistencia legal y apoyo moral en un momento de gran vulnerabilidad.
  5. Promoción del Diálogo y la Reconciliación: La solidaridad con Nicaragua puede facilitar la promoción del diálogo y la reconciliación entre diferentes sectores de la sociedad nicaragüense. Puede fomentar espacios de encuentro y colaboración entre actores políticos, sociales y civiles con el fin de buscar soluciones pacíficas y duraderas a la crisis en el país.

En resumen, la solidaridad con Nicaragua en tiempos de dictadura, es esencial para apoyar la defensa de los derechos humanos, fomentar la democracia, visibilizar la situación, proteger a los vulnerables y promover el diálogo y la reconciliación en el país. Es un acto de apoyo a la justicia, la libertad y la dignidad de todos los nicaragüenses.

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Desde el colectivo de Radio Veritas, que fue cerrada por la dictadura Orteguista, creemos que en medio de la oscuridad que ha envuelto a Nicaragua, emerge el anhelo de una Nicaragua diferente, una Nicaragua donde la libertad, la justicia y la paz sean los pilares sobre los cuales se construya el futuro del país. Esta visión de "otra Nicaragua posible" es un faro de esperanza, que ilumina el camino hacia un horizonte de dignidad y prosperidad para todos sus habitantes.

En esta Nicaragua posible, el respeto por los derechos humanos es el principio rector que guía todas las acciones del gobierno y la sociedad. Se promueve la tolerancia y la inclusión, se valora la diversidad de opiniones y se fomenta un diálogo genuino y constructivo entre todos los sectores de la sociedad.

En esta Nicaragua posible, la democracia es más que un sistema político, es un compromiso con la participación ciudadana y la rendición de cuentas. Se garantizan elecciones libres y justas, se fortalecen las instituciones democráticas y se combate la corrupción en todas sus formas.

En esta Nicaragua posible, la igualdad de oportunidades es una realidad para todos, independientemente de su origen social, género, etnia o creencias. Se invierte en educación, salud y desarrollo humano, se promueve el acceso equitativo a los recursos y se lucha contra la exclusión y la discriminación.

En esta Nicaragua posible, la justicia es un pilar fundamental del Estado de derecho. Se garantiza la independencia del poder judicial, se combate la impunidad y se protegen los derechos de las víctimas. La ley se aplica de manera justa y equitativa, sin distinción ni privilegios.

En esta Nicaragua posible, la solidaridad y la fraternidad son los valores que unen a la sociedad. Se promueve la colaboración y el apoyo mutuo entre ciudadanos, se reconoce la importancia de trabajar juntos para superar los desafíos comunes y construir un futuro mejor para todos.

En conclusión, "otra Nicaragua posible" es más que un sueño, es un compromiso con la construcción de un país más justo, libre y próspero. Es una invitación a imaginar y trabajar juntos por un futuro, en el que la dignidad humana sea el centro de todas las acciones y decisiones. Es hora de levantar la voz y hacer realidad este sueño, de una Nicaragua donde todos puedan vivir con dignidad y esperanza.

Y para construir esa “otra Nicaragua posible” contamos con la resistencia de los periodistas en Nicaragua, que es un acto de coraje que refleja su compromiso con el ejercicio de una prensa libre e independiente. A pesar de las amenazas y los obstáculos, continuamos informando sobre los abusos de poder, la corrupción y las violaciones de derechos humanos que ocurren en el país, arriesgando vidas en nombre de la libertad de expresión y el derecho del público a estar informado.

Esta resistencia se manifiesta en diversas formas: desde la publicación de investigaciones valientes y reveladoras, hasta la cobertura en vivo de protestas y eventos políticos, pasando por el apoyo mutuo entre colegas y la solidaridad con otros sectores de la sociedad civil, que luchan por la democracia y los derechos humanos.

Los periodistas en Nicaragua son verdaderos héroes y heroínas modernos, que enfrentan amenazas y peligros diarios, con un sentido del deber y un compromiso inquebrantable con la verdad y la justicia. Su resistencia es un recordatorio poderoso de que la libertad de prensa es un derecho fundamental, que no puede ser silenciado ni reprimido, y que la voz del periodismo independiente seguirá resonando, incluso en los momentos más oscuros y difíciles.

 

Colectivo de Radio Veritas

Medio de comunicación independiente de Nicaragua

 Comunicación popular para el cambio social

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